CUIDADO DEL CABELLO
Cómo cuidar el pelo graso (y evitar que se ensucie tan deprisa)
POR ANA GÁNDARA
Analizamos cuáles son los motivos por los que algunos cabellos duran limpios menos tiempo y cómo combatir este exceso de sebo capilar
Un good hair day mejora el día de cualquiera. Esa sensación de que hoy tenemos el pelo bonito, brillante y suave eleva nuestra autoestima, nuestro estado de ánimo e incluso hay quien dice que nuestra productividad, así que es indiscutible que tener el cabello cuidado no es solo una cuestión de estética. ¿Uno de los factores que nos lo puede estropear? Sin duda, el exceso de grasa por el que nos vemos obligadas a lavarlo más a menudo de lo que nos gustaría o emplear champús en seco para mantener la sensación de limpieza más tiempo. Las melenas con demasiado sebo son muy habituales, pero a menudo nos cuesta encontrar el producto o la rutina capilar que de verdad nos funcione y haga que sintamos que el cabello está verdaderamente limpio, sin por ello renunciar a su hidratación (sí, hay cosméticos nutritivos que no aportan peso).
Porque todas nos merecemos vivir en un good hair day permanente, hemos preguntado a Noelia Jiménez, directora del salón que lleva su propio nombre, y a Conchi Fernández, jefa de estilistas de To Be Aguilar Delgado para que desgranen los motivos que explican ese pelo graso, todo aquello que podríamos estar haciendo mal, la perfecta rutina de cuidados y, por supuesto, sus productos preferidos para este tipo de melenas.
¿Por qué tenemos el pelo graso?
Antes de solucionar ningún problema, tenemos que entender qué es lo que puede estar provocando ese desajuste en la cantidad de sebo de nuestro cabello. Tal como apunta Noelia Jiménez, “el pelo graso se debe a una producción excesiva de grasa capilar, que en condiciones normales es adecuada, pues protege el cuero cabelludo de la sequedad”. ¿El motivo de que se esté produciendo más de lo deseado? La especialista apunta que puede haber diversas razones que lo expliquen, tanto internas -causadas en nuestro organismo- como externas.
“Las causas internas más comunes pueden ser los cambios hormonales (como un embarazo), que provocan mayor sensibilidad de las glándulas sebáceas, produciendo más sebo; algunos medicamentos; casos de estrés; o factores genéticos”, explica Jiménez. Por otro lado, las causas externas son más fáciles de identificar: “Cuidados capilares inadecuados como el uso de champús no indicados para tu tipo de cabello, tratamientos de color inadecuados, un lavado incorrecto, que el agua del aclarado esté demasiado caliente, el sol en exceso (que puede provocar irritación del cuero cabelludo) o frotar con la toalla al secar el pelo, pues aumentamos las posibilidades de activar en exceso las glándulas sebáceas”, apunta.
En muchos casos, dependerá simplemente del tipo de pelo que tenemos, pues tal como apunta la especialista, hay determinadas clases de cabello con mayor tendencia a este problema, especialmente las melenas lacias y muy finas. “No es que el cabello genere más grasa, sino que las glándulas sebáceas de cada pelo producen una cantidad de grasa. Si el cabello es fino, no suele utilizarla toda y el sobrante queda depositado en las raíces, que a su vez, si lo tocamos demasiado, se extenderá por medios y puntas dando un aspecto más grasiento”, advierte Noelia Jiménez. ¿La buena noticia? Hay solución.
¿Cómo se debe lavar el pelo graso?
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